0 - El vuelo

Mi pais soñado, Japón.
Desde pequeño siempre atraído por todo lo relacionado con este lugar tan alejado del mío. (10.339 km.)
Y mira tu por donde que a mis 46 años iba a recibirlo como regalo. El país entero no claro, pero si un billete de ida y vuelta para mi solito.
El mejor regalo de cumpleaños que he recibido aunque debo confesar que cuando vi el destino, casi me cago.  ¿Yo solo?, ¿A Japón?, ni me lo creía.

Al final tuve meses para asimilarlo, y de repente un día, llega por correo después de haber pagado unos doscientos y pico euros, el esperado JAPAN RAIL PASS, un bono con el que puedes moverte por todo el país en sus diferentes trenes, incluido el Shinkansen o Tren Bala.


¡Que emoción!
Solo mirar el mapa y ver tantas ciudades a las que poder viajar...
Demasiado grande para tan poco tiempo, así que decidí no agobiarme y no planificar mucho el viaje.
Solo mire unos cuantos blogs y me apunte varios sitios de visita obligada.

Y por fin llego el día.
Tome un vuelo de Bilbao a Paris y allí a hacer un poco de tiempo antes de embarcarme en el viaje en avión mas interminable que he vivido.


Aquí en el Charles de Gaule, tuve que esperar unas 3 horas.


Al final, hacia el medio día ya embarque en el avión hacia el aeropuerto de Narita, en Tokio y he de decir que a pesar de ser muchísimas horas de vuelo, la compañía Air France dio un servicio muy bueno, tanto en el catering como en todo lo demás.
De todas formas hay que estar mentalizado si no te gustan los viajes largos. En total fueron 12 horas y media continuadas desde Paris.



1 - Primer día. TOKIO

¡Por fin en Tokio!

Hacia las 9 de la mañana y después de desayunar en el avión, aterrizamos en Japón.
Super cansado porque dormir sentado es complicado, pero no quería perder nada de tiempo, así que decidí aprovechar bien el día y después ir al hotel prontito y pasar el jetlag lo antes posible.

El aeropuerto de Narita es como futurista y esta todo super controlado, no solo los controles de entrada de turistas, también los lugares de cambio de dinero que es lo primero que hay que hacer para poder hacer compras y pagos en efectivo. Los japoneses muy amables te lo ponen fácil y se hacen entender.
Así que lo primero cambiar dinero y lo segundo coger un tren que me llevaría a Tokio centro, ya que el aeropuerto esta como a unos 50 Km. Esta primera vez cogí el SKYLINER, el mas rápido y mas caro, pero en una media hora pasada ya estaba en el centro.



Me baje en la estación de SHIBUYA, uno de los barrios mas animados de Tokio, por su zona comercial y con mucha gente joven.
Que emoción cuando por fin conseguí salir de la laberíntica estación y pude pisar la calle.
Ahora si que si. Ya estaba allí, como en otro mundo.




Me encanta perderme y callejear.




Mochila al hombro, me fui caminando hacia el Monasterio MEIJI. A partir de este momento y casi hasta final del viaje, caminar, caminar y caminar...


Los grandes Torii de entrada ya te anuncian que accedes a un espacio sagrado.



Barriles de sake apilados, presentes en todos los templos.


Una exposición de Bonsais.




Antes de entrar, purificarse en lo adecuado.



 Entrada en el Monasterio.




Con las verduras como ofrenda, los monjes hacen figuras como este barco.



Otra fuente para purificarse.



Visitantes escribiendo peticiones y haciendo ofrendas.




Abandono el monasterio y me voy a comer algo. Cualquier sitio donde vayas, aunque sea un menú del día, es una experiencia.


Me doy una vuelta por el parque YOYOGI, muy famoso como centro de esparcimiento y donde van muchos jóvenes y familias. Allí descanso un rato y poco después ya me voy en metro al hotel, el ANOTHER TOKIO. Un hotel cápsula, como casi todos los que utilizaría en adelante. Una opción cómoda y económica.
Este en concreto estaba en el barrio de CHUO y era muy moderno.




Aunque estoy hecho polvo del viaje, no puedo ni dormir, así que después de asearme aun me queda tiempo para recorrer un poco los alrededores disfrutando de la noche.



 Por todos lados encontrare maquinas de bebidas, frías y calientes. Un montón de opciones...




Antes de llegar, sabia que los días serian mas cortos, ya que era mediados de Noviembre, pero no pensaba que a las 16:00, practicamente se haría de noche. Esto me dejaba menos tiempo para aprovechar los días, así que tendría que madrugar bastante.


Aquí en mi cubículo viendo un poco la TV antes de dormir.

2 - Segundo día. NIKKO

Me levanto temprano y voy a la estación central para coger un tren bala que me llavaría al norte, a UTSUNOMIYA en 1 hora y de allí en un tren local, otros 50 min. hasta NIKKO. Una zona de montaña y una de las visitas obligadas del país.






La verdad es que los trenes impresionan cuando los ves llegar.





Esta es la estación de tren de NIKKO. Desde aquí subo por la carretera durante 1 km. hacia la entrada del templo.



Durante todo el trayecto hasta el templo, a los lados de la carretera un montón de tiendas y restaurantes donde poder parar, ya que este es un pueblo muy turístico.




Y por fin llego al famoso puente de NIKKO, por el que es tradición cruzar para ir al templo.
Recuerda que haciendo clic sobre las fotos podrás verlas con mucho mas detalle.







Los santuarios y templos de NIKKO son patrimonio de la humanidad. Se compone unos 103 edificios o estructuras que se van adentrando cada vez mas en la montaña. Todo rodeado de arboles inmensos y cascadas de agua.







Cara de feliciano.







Las famosas estatuas de JIZO SAMA, protector de los caminos entre otras funciones, están por todas partes.











Quien me iba a decir que a estas alturas me iría de mochilero...




INARI, representado por un zorro, es la deidad de la fertilidad, la agricultura y el éxito en general.
Venerado en todo Japón tanto por los budistas como por los sintoístas.




La subida por el monte se hace interminable, y poco a poco me voy quedando sin luz.
Ya casi de noche me senté a meditar un rato en completa soledad en aquellos templos milenarios.
Cuando consigo llegar hasta la entrada, ya habían cerrado el complejo.


 Regreso al pueblo y son como las seis de la tarde, esta todo abierto y busco un sitio donde me den de cenar.



Curiosa cabina telefonica.




Por fin, me siento y disfruto de la cena.  Todo es diferente y me dejo sorprender con los sabores.



Estoy tan cansado, que allí mismo consigo un hotel cápsula que por suerte disponía de un ONSEN, baño termal natural. Me doy un relajante baño y a dormir.



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Mi pais soñado, Japón. Desde pequeño siempre atraído por todo lo relacionado con este lugar tan alejado del mío. (10.339 km.) Y mira tu po...